Hace unos días tuve un sueño que llegó a mi corazón suave… pero profundo.

Una araña blanca, con rayitas doradas y negras, se posaba junto a mi oído derecho. Me picaba en la sien, con delicadeza y sin dolor, y me susurraba:

“Te estoy entregando la sabiduría.”

Me desperté con una certeza nueva:

Desde la vulnerabilidad quiero compartir lo que realmente me mueve.
No quiero seguir enfocada solo desde lo técnico, lo correcto o lo esperado por la «normatividad» o lo establecido por el mandato hegemónico.

Soy nutrióloga, sí.
Pero también soy mujer en sanación, madre, sobreviviente, aprendiz de mi misma, de mi cuerpo, exploradora de mi entorno.
Hoy quiero compartir mi trabajo honrando todo lo que también soy.

Porque la nutrición que realmente transforma no empieza en el plato, sino en la historia que cada cuerpo carga. 
En los silencios que se han sostenido.
En las emociones que duelen y también en las que nos devuelven el aliento.

Elegí la nutrición no solo como profesión, sino como forma de sostener la vida cuando la vida me dolía.
Hoy, elijo compartir desde un lugar más real, más humano, más mío. Desde el amor, desde la vida.

Quizás tú también has sentido que necesitas una forma distinta de cuidar de ti.
Una que no te pida controlarte, restringirte o ignorarte.
Una que te escuche, te mire, te abrace.

Estoy abriendo un pequeño espacio para quienes quieren acompañamiento con alma.
Para quienes están listas para transformar su relación con la comida, el cuerpo y la vida…
desde un lugar de ternura radical y nutrición con sentido.

Si algo de esto te resuena,
si sientes que es momento de tejerte diferente,
estoy ofreciendo sesiones con aportación voluntaria, donde caminamos a tu ritmo (solo menciona que leiste esta oferta en este artículo).

Puedes escribirme con toda confianza por WhatsApp: 📲 https://wa.link/grd18f. 

Gracias por estar aquí.
Gracias por leer.
Gracias por formar parte de este hilo invisible que se está tejiendo entre nosotras.

—
Iry Cristóbal
Mujer en camino de sanación, Nutrióloga y Madre 🕸️💛